Cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos
Te miras allí o te recuerdas allí, con la mandíbula apretada, corajudo por la tardanza en que te preparan esos tacos, y, estás a punto de pararte de la silla y marcharte a otro lugar, pero en todos, has notado, reina la calma, como si tu hambre pudiera esperar para mañana...Y, entonces, mucho después, al recuerdo le dices que ésta es una de las tantas cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos.
Porque te asumes chilango, con orgullo, seas o no oriundo de la ciudad de México... Y luego, te rascas la abundante cabellera, tomas distancia en la manera en que contarás tus vivencias en provincia, por lo menos en esta ocasión.
Y dejas la voz narrativa en segunda persona, pues, crees, para una mejor explicación este modo de contar las cosas no es el más idóneo.
Así que, aunque la narración pierda el ritmo del inicio, procedes la exposición de este post con voz narrativa en primera persona:
Te voy a contar cosas que a un chilango, al estar en provincia, le molestan de los provincianos. Esto, para que conozcas o te reconozcas en los hábitos que distinguen a quienes viven en la urbe de hierro de México y en las ciudades colindantes.
El tema lo voy a abordar así:
1. Que es un chilango
1.1. Características del chilango
2. Qué es un provinciano
2.1. Características del provinciano
2.1.1. Provinciano no es un adjetivo despectivo
3. Diferencia entre chilangos y provincianos en el modo hacer cosas semejantes
3.1. Actitudes de un provinciano al abastecerse de gasolina
3.2. Tardanza de los provincianos en despachar comidas
4. Molestia de un chilango en provincia cuando le llevan la torta que ha pedido
Si eres un chilango que alguna vez has estado en alguna ciudad, pueblo o ranchería del interior del país de México, vas a recordar vivencias similares.
En caso de que seas un chilango que nunca has estado en provincia deberías leer este post completo, para que sepas lo que te espera en algún viaje o estancia en algún lugar del interior de México.
Y si eres alguien que radica en el interior del país, al leer esta información tal vez entiendas a los chilangos o te compadezcas de ellos.
En la foto, un chilango, con una peculiar vestimenta de luchador.
Cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos
Hay varias cosas que le molestan a un defeño cuando está en provincia.
Para entrar de lleno en el título del post, es necesario hacer precisiones en relación a los términos que vamos a usar.
Qué es un chilango
Esta pregunta la abordé ampliamente en Quiénes son los chilangos.
Pero, ahora de manera sintetizada, preciso que en esta web aplicamos el término chilango a quien vive en la Ciudad de México y en la zona urbana colindante, sin importar si nació allí o no, y sin que importe a qué clase social pertenezca.
Características del chilango
Al chilango lo distinguen actitudes peculiares:
- Las prisas por todo, como si la vida se le fuera acabar ya.
- Es desconfiado, hasta de su propia sombra, que, en un descuido, podría imaginarse él mismo, le va birlar la cartera.
- El chilango no es cortés al conducir. Un ejemplo: no cede el paso a otro aumovilista .
- El chilango cree que el lugar donde vive es el mejor, y eso lo refleja en sus actitudes.
Qué es un provinciano
Este vocablo se aplica a todo aquel que no es chilango; o sea, a quienes no viven en la Ciudad de México ni en la zonas urbanas colindantes con ésta.
El Diccionario de la Real Academia Española, en una de sus acepciones aplica el término provinciano al "natural o habitante de una provincia, en contraposición al de la capital".
En México, se llama provincia al área que no pertenece a la Ciudad de México.
Provinciano no es un adjetivo despectivo
En ningún momento se utiliza aquí con un tinte despectivo, el vocablo provinciano.
Únicamente decimos que alguien es provinciano para precisar que vive en una provincia; o sea, en un sitio distinto a la urbe capital y su zona conurbada.
Por supuesto, el provinciano también tiene características que lo distinguen del chilango, y son las siguientes:
Características del provinciano
Por supuesto, el provinciano también tiene características que lo distinguen del chilango, y son las siguientes:
- Se toma la vida con calma
- Las prisas no van con sus modos de vida.
- Es regionalista; cree que el lugar donde vive es el mejor.
- Considera que los fuereños, no importa sin son chilangos o de otros lugares, son un peligro para los modos de vida del lugar donde vive.
- En la escuela, empleos y otras esferas, el provinciano forma cotos muy cerrados. Los provincianos protegen para sí, con todos sus tentáculos, los pocos espacios de empleo, educación y cultura.
- Es hospitalario con alguien que no tenga pinta de chilango.
Cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos
Ahora sí ya podemos continuar con el desarrollo de este tema.
Diferencias entre chilangos y provincianos en el modo hacer cosas semejantes
Líneas antes vimos las características del provinciano y, por separado, las del chilango.
Así que, partiendo de ahí, anotamos ahora las principales diferencias entre chilangos y provincianos:
- El chilango se conduce aprisa en todo lo que hace, como si los minutos se le fueran a echar a correr; el provinciano, en cambio, hace todo con la mayor calma, como si tuviera toda la vida para hacerlo.
- El chilango piensa que cualquiera quiere robarle sus pertenencias, en cambio el provinciano confía en todos, menos en el chilango, quien le ve trazas de ratero.
- El provinciano es hospitalario y le abre sus puerta a cualquiera, menos al que tenga pinta de chilango.
Cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos
Esta es una las principales cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos:
La calma con la que los provincianos hacen sus acividades.
Acostumbrado a las prisas de la vida citadina, el chilango se impacienta ante las calmas de los provincianos.
Y llegado a este punto del post, no puedo, no puedes evitar los recuerdos, las vivencias en ese pueblo grandote con ganas de ser ciudad, donde estuviste, y dejas, ya dejaste desde hace unos segundos la narración en primera persona y vuelves a la voz narrativa en segunda persona, y los resortes de la memoria disparan los recuerdos...Pero, oh, el subtítulo, se te olvidaba:
Actitudes de un provinciano al abastecerse de gasolina
Ahora sí, ya el recuerdo plantado en este apartado, te miras en el auto, en tu chevy blanco, mirando cómo el señor del tsuru azulito, bigotito ralo, que ya le despacharon gasolina, se estira, abre la puerta del tsuru, lo ves que ha tomado su billetera, cuenta el dinero con una gran calma...
Y tú tamborileando el tablero de tu chevy blanco, desesperado, pensando ya debió haber tenido los billetes listos, no que apenas los saca.
Y ves que ya pago el señor del bigotito ralo, pero da pasos hacia las llantas traseras del auto, las mira, y entonces, de manera pausada regresa al volante.
Y no oyes el ruido del motor. Te impacientas; las cosas en el defe se hacen distintas, piensas, qué tanto hace, piensas, y por fin oyes el encendido del tsuru, y se va y tú ya te plantas ante el despachador de gasolina; ponle doscientos, el dices, ya el billete en la mano...
Tardanza de los provincianos en despachar comidas
Te acuerdas ahora de manera clara, como si estuviera sucediendo ahorita, cuando, de regreso de Acapulco, por la carretera federal, vieron el puesto de tacos en ese pueblito y bajaron el auto.
- De cabeza, una orden, pidió Isra.
Tú, de suadero pediste. Y se sentaron en las sillas metálicas.
El hambre los devoraba a ustedes.
Pero pasaron como 10 minutos y los tacos no llegaban, y miraste al taquero, cuchillo en mano, cortando aún la carne, con una calma gigantezca. Y ustedes, con esa hambre atroz.
Isra no resistió, dio un manotazo en la mesa; el taquero volteó. "Vámonos", dijo Isra, ya parándose. Y el taquero, con los ojos pelados, asombrado por las prisas de ustedes. "Ya, ya está una orden", dijo.
Isra volvió a sentarse.
Y después, comentaron entre ustedes cómo en la ciudad capital, los taqueros, tan pronto preguntan de qué van a ser mi joven, ya están cortando que el suadero, que las tripas, que el chorizo, y en menos de dos minutos ya te están dando el plato con los tacos, calientitos, sabrosos.
Molestia de un chilango en provincia cuando le llevan la torta que ha pedido
Ahora el recuerdo vuelve, mientras tecleas este post que has titulado Cosas que un chilango en provincia le impacientan de los provincianos.
Y vives ese recuerdo como si no se hubiera ido, como si ese recuerdo fuera algo que estás viviendo ahorita, y rememoras lo que te sucedió al poco tiempo de llegar a Chilpancingo, esa ciudad llena de historia, pues en ella José María Morelos y Pavón abolió la esclavitud que se vivía en México.
Te acuerdas, decía, de esa vez, en que tu esposa y tú tenían hambre y, entonces, vio ella y tú también, el letrero que decía "Tortas". Y pues, allí fueron, una de pierna, pidió tu esposa; a mí, igual, deme de pierna, y se sentaron, disfruntado una bebida embotellada.
Y ya, con la imaginación, te saboreabas antes de tiempo la torta de pierna de puerco, rojita, en rebanadas, esa que venden a granel en el mercado de la Merced del defe; te imaginabas la telera grande, hinchada con tantas rebanadas de pierna rojita, y su aguacate verde, ese de leche que tanto te gusta, y sus chiles en vinagre.
Pero cuando les trajeron las tortas, tu esposa, frunció el ceño y con tono molesto dijo qué es esto; y tú, los ojos pelados, asombrado, viendo las tiritas de carne blanca de pierna de pollo, con mucha lechuga y salsa roja.
Nada de aguacate, nada de la pierna de cerdo, rojita, en rebanadas.
Eran de otra tipo de pierna esas tortas, y ahora, mientras tecleas, sonríes con el recuerdo aquel...
Cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos
Para terminar este post, decides concluirlo así en segunda persona; deja que te critiquen; que digan los reyes del SEO que esta redacción no es apropiada para Internet, pues los lectores buscan leer algo rápido, y esto, pues, qué es, se preguntarán cuando te lean, si es que te leen, mano.
Y ni tú sabes qué es, pero querías transmitir el pensar de un chilango en provincia, por eso la mescolanza de voces narrativas, y creíste que los mejor era la segunda persona del narrador para este texto; aunque, después, te entró la duda sobre cómo iban las arañas de Google a encontrar tu texto, por eso introdujiste la narración en primera persona, solo con el fin de que Google y Bing y Yahoo y otros buscadores de Internet pudieran encontrar este post.
Y si no lo encuentran es lo de menos. Disfrutaste al escribir este post; lo estás disfrutando.
Crees que al menos aportaste algo sobre las cosas que a un chilango en provincia le impacientan de los provincianos.
Y tú, lector, qué opinas de los chilangos y de este texto. Todas las críticas y opiniones son bienvenidas.
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